30.3.11

Civismo ante la tragedia


Por recomendación de mi amiga Begoña he visto la película japonesa "La Balada de Narayama". Ella y su familia nos visitaron el mismo día que una tragedia más, esta vez terrible, se cebó con el País del Sol Naciente.
Conversábamos sobre el carácter del pueblo japonés y me decía mi amiga que en esta película de Imamura están quizás  las claves del carácter nipón. Es posible que sea cierto. Los días posteriores al terremoto y al destructor tsunami nos han demostrado que el pueblo japonés  puede presumir de un estoicismo y un civismo del  que por esta parte del mundo carecemos.
Ahora en Japón y antes en  China cuando el terremoto de Sichuan de hace tres años, la mayoría de la población  demuestra una unidad en la tragedia que dudo mucho aquí tendríamos. Me gustaría equivocarme.
En "La balada de Narayama" los habitantes de un pueblo  de las montañas del norte de Japón, en una época indefinida que puede ser a finales del siglo XIX,  lleva una existencia dura, donde para  que la supervivencia tenga éxito, la cohesión social y la obediencia a las reglas que ellos mismos se han dado debe ser  la guía de su existencia diaria. Hay una escena terrible donde una familia, que roba y oculta comida mientras los demás pasan penurias, es sorprendida y al poco, la aldea entera los entierra vivos, niños incluidos sin dejar ni rastro de ellos.  Esa escena, como la idea que ronda durante toda la película  de que los viejos, en un momento dado deben hacer el camino a Narayama, la montaña que los acogerá para siempre y así dejar sitio a los más jóvenes para poder así tener más alimento y no ser una carga,  son muy perturbadoras e inquietantes, ya que una cosa es el instinto de supervivencia y  la unidad ante la adversidad y otra la crueldad extrema que reflejan estas escenas donde la compasión, tan humana como el instinto de sobrevivir , no están presentes salvo en la duda de alguno de los miembros de de la aldea (incluido el hijo de la anciana protagonista que manifiesta su dolor, su duda ante la madre que desea  irse a Narayama y morir allí, aun sin estar enferma y siendo útil a la comunidad)



Respetar al otro y  no violentarle de ninguna de las maneras explica ese comportamiento ejemplar del que ahora hacen gala los japoneses.  El civismo pasa por entender que tus actos repercuten de modo directo sobre los otros y por ello debes ser exquisito y riguroso en su control, en tu control. Los japoneses no lloran, gritan y son presa del nerviosismo y la histeria como creo que aquí nos ocurriría quizás.
Viendo la película y la actitud de  la anciana protagonista  ante la muerte, me he acordado de inmediato de esos trabajadores jubilados de la central nuclear  de Fukushima que disciplinadamente aceptaron ir a la central   a ayudar en las tareas de extinción a sabiendas del riesgo que ello conlleva.
Yo, y creo que muchos por aquí careceríamos de valor.

6.3.11

Anchee Min


En mi pretensión de acercamiento a China tras la adopción de nuestra primera hija (ahora se cumplen ¡once años!  ¡cómo pasa el tiempo!) empecé a leer todo lo que caía en mis manos sobre este  país.
Entre mis lecturas primeras estaba "Madame Mao" de Anchee Min. Más tarde leí "La Ciudad Prohibida" y "La Última Emperatriz" de la misma autora.
Es fascinate la trayectoria de esta mujer que tras trasladarse a los Estados Unidos y con treinta años comienza a aprender inglés, y es en este idioma en el que escribe estas historias y es en inglés en el idioma en el que estoy leyendo su última creación  "Pearl of China", donde se recrea la infancia y juventud  de Pearl Buck en China , de la que he leído varios libros, por ejemplo : ("La Madre"," La estirpe del Dragón", "La Buena Tierra" y  Pabellón de Mujeres" ... )
 Llevo cinco capítulos y me está gustando mucho.

Anchee Min ganó toda mi simpatía cuando leí el prólogo que escribió para "The Lost Daughters of China" (que cité en este "post") donde  elogia el papel de la mujer en China y la lucha por la supervivencia que de algún modo nuestras hijas representan. En una cultura donde tradicionalmente la mujer siempre ha estado supeditada al hombre, es necesario destacar la fuerza, la lucha,   el valor  y el coraje que millones de mujeres en China han demostrado y a las que Anchee Min rinde homenaje en sus libros. 
En este video, una emocionada Anchee Min nos cuenta como ella no deseaba tener una hija y su decepción al no dar a luz un varón.  Su hija es ahora "lo mejor". 
Anchee Min sabe lo que supone, suponía, ser mujer en China.  


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