Es sabido que los chinos no son muy dados a las muestras de afecto, sobre todo en público. A los anglosajones les pasa un poco de lo mismo. He leído este verano
"Viento del Sur" , novela autobiográfica de Ian Gibson y en ella el protagonista, educado en una familia protestante metodista se sorprende y envidia en cierta forma la manera de relacionarse de las familias de cultura católica, especialmente de las familias españolas, donde las muestras de afecto en público son constantes y muy abiertas. Los españoles somos muy tocones y besucones y los besos, abrazos y achuchones varios son de lo más corriente. Me viene todo esto a la cabeza ahora como consecuencia de la lectura de los
comentarios hechos en algunas páginas de Estados Unidos a propósito de
l trabajo de un fotógrafo que muestra niñas chinas con sus padres adoptivos. ¿Es la diferencia cultural tan grande que donde yo sólo veo padres e hijas retratados con más o menos fortuna otros ven más cosas? Estoy un poco sorprendido y confundido. ¿Será que soy muy ingenuo? He sabido de la existencia de estas fotos a traves de la web
Adopted, the Movie. Algunas de las fotografías, en mi opinión, no son muy buenas y si lo que el artista quiere transmitir es el afecto entre hijas y padres no lo consigue en absoluto. En los propósitos del porqué de la serie el fotógrafo habla de algo así como si e
sa inocencia que estas niñas muestran se mantendrá conforme vayan madurando... Por la forma en que el fotógrafo hace posar a los padres e hijas; la rigidez corporal en algunos casos; el entorno; la expresión de los rostros, etc , me da la impresión que sabiendo la reacción que en ambientes ajenos a la adopción y en algunas personas con prejuicios podrían tener estas fotos, utiliza a estas familias con unos objetivos no del todo diáfanos y se sirve de ellas para provocar una reacción, que creo aquí en España no sería la misma, por lo que he apuntado al principio. De todos modos, las fotos, sabiendo el contexto (padres e hijas) no son en mi opinión en absoluto ofensivas , ni molestas ( a lo mejor yo soy excesivamente inocente) como a muchos norteamericanos les resultan. No me molesta ni perturba en absoluto ver a unos padres con sus hijas posando con más o menos fortuna en unas fotos no muy buenas en mi modesta opinión. Las cosas nunca hay que sacarlas de quicio. Pienso que pensarían todas estas personas que en exceso de escandalizan si nos viesen a toda la familia, un domingo cualquiera por la mañana, en la cama, riéndonos y haciéndonos cosquillas, o cuando abrazamos y besamos a nuestras hijas cada día. Ignoro si los anglosajones hacen algo parecido pero me sorprende mucho la reacción de escándalo, poco menos que de apología de pedofilia, por unas fotos que , a mí particularmente no me gustan pero que no van más allá.