Atraído por su subtítulo compré
El ABC de la felicidad. Aristóteles, Buda y Confucio, de Lou Marinoff.
La primera parte me ha gustado. Es de agradecer siempre los intentos de unir filósofos de lugares y épocas distintas, de buscar en ellos puntos en común. Dice cosas interesantes de las relaciones entre la geometría y la filosofía. Expone con un lenguaje claro y muy sencillo de entender los fundamentos de las filosofías de la Grecia Clásica, el budismo (y su origen en el hinduismo) el taoísmo y el confucianismo ; así como lo que Marinoff llama la religiones abrahámicas (cristiana, judía e islámica)
Su tesis para conseguir una vida plena es la de la búsqueda en todos los órdenes del Camino Medio (The Middle Way, título original en inglés de este voluminoso ensayo) Camino Medio que busca en esta religiones y filosofías y que para Marinoff está mejor y más representado en el budismo.
Hasta aquí he leído con mucho interés, pero este interés ha decrecido y he empezado a sorprenderme cuando Lou Marinoff intenta demostrar y dar validez categórica a las relaciones entre el rectángulo áureo de Aristóteles, el símbolo del Yin y el Yang, la flor de loto y el Buda sentado. Mediante imágenes intenta mostrarnos la conexión (casi mágica) entre sí de todos estos símbolos. Esto ya me ha puesto un poco “en guardia”.
Pero lo que me ha hecho perder el interés por el libro y ya no recomendarlo, ha sido la segunda parte. En ella, critica , en mi modesta opinión en exceso, lo cual es una contradicción con la reivindicación del camino medio búdico, a los homosexuales, al feminismo, al izquierdismo, al mundo árabe, a los europeos “comprensivos” con el Islam, a los críticos con al guerra de Irak, a los intelectuales judío que critican a Estado de Israel, etc. Las críticas a los extremistas no están proporcionadas y se hacen mucho más ostensibles hacia la parte izquierda del espectro político.
Lo que más me ha sorprendido es su justificación de la guerra preventiva, ya sea la de Bush contra Irak o la del Estado de Israel contra sus vecinos árabes. Todo muy contradictorio.
Lo que yo pensaba que era un libro de filosofía se convierte en gran parte en un texto de defensa y justificación de la política exterior de Israel y los Estados Unidos con respecto al resto del mundo.
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