Cuando hace un par de años ocurrió la terrible epidemia del
SARS, oí algunos comentarios de menosprecio a la capacidad científica de China para atajar esta epidemia que tantó llegó a preocupar en este mundo globalizado. Las medidas que se tomaron resultaron de gran eficacia para eliminar la preocupación por la epidemia (si bien es cierto que la negligencia y el ocultismo del principio ayudaron muy negativamente a la extensión de esta neumonía). Por vez primera hubo un cese de un alto cargo por manifiesta negligencia (el Alcalde de Pekín) y se nombró a una ministra de Sanidad con fama de eficiente (Wu Yi) Recuerdo que mis amigos en Pekín me contaron del panorama desolador de esa gran ciudad cuando se cerraron todos los lugares públicos y se restringió el movimiento de personas.
Ahora, con motivo de la gripe aviaria, he leído con esperanza que científicos chinos dicen que las mutaciones del virus de la gripe aviar en China no son capaces de transmitirse entre seres humanos. Ojalá sea cierto.
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