Hoy he visto las primeras golondinas que regresan de su invernada sudafricana. Son unos alimales que casi todas las culturas respetan y que desde tiempos inmemoriales fascina al ser humano comtemplar año tras año. Su regreso al mismo nido de ese establo , granero o alero del porche es una visión que a los humanos les resulta muy simpática. Realizan un viaje fantástico de miles de kilómetros para volver al mismo sitio exactamente y recordarnos que la primavera ya está aquí.
En China es uno de los motivos más usasos en las pinturas tradicionales, en los diseños de las cometas y no por casualidad ha sido elegida como una de las cinco mascotas (la golondrina Nini) de los próximos Juegos Olímpicos de Pekín en representación del medio aéreo (junto al agua, madera, fuego y tierra) como símbolo del pájaro de las cometas por antonomasia.
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