Si hay algo que nos preocupa a todos los padres con hijos de rasgos diferentes a los de la mayoría, es el racismo.
Ser discriminado por unos rasgos es algo que puede producir dolor y en algunos casos mucho sufrimiento.
Hacer frente a las actitudes discriminatorias por razones de etnia y/o cultura requiere estar provisto de una serie de asideros mentales en los que apoyarse para poder relativizar estos comportamientos.
Entre estas herramientas para hacer frente al racismo está, en mi opinión, poseer una fuerte autoestima, así como un conocimiento razonable, sin exageraciones de “lo que hay ahí fuera”. Esto ayudará a nuestros “hijos diferentes”, a hacer frente a las situaciones en las que seguro se verán tarde o temprano y donde nosotros no estaremos para echarles una mano.
He terminado la lectura de un estupendo libro que se titula “Bajo Presión”, de Carl Honoré y entre muchas otras cosas interesantes, habla de cómo nuestros hijos, en esta sociedad hiperexigente, competitiva y acelerada, están (aparte de muy presionados , tema principal del libro) sobreprotegidos y vigilados y donde no hay cabida para que ellos sean los que sepan valorar los riesgos de las cosas. Criados en un burbuja de felicidad, aséptica y segura, no les educamos para saber esquivar las dificultades, los riesgos y los retos que la sociedad les plantea.
Pienso en mis hijas. Sus rasgos van diciendo a la sociedad su procedencia y son "un plus" de potenciales dificultades en una sociedad mayoritariamente distinta a ellas en rasgos, que no en cultura. Los problemas pueden surgir en la asociación que muchas personas hacen entre rasgos y cultura.
Es todo un reto educar a nuestras hijas para que sepan lidiar con los problemas añadidos que sus rasgos puedan plantearles, pero el desafío está en hacerlo sin pasarse en las precauciones, en las prevenciones.
Pienso que si es positivo para todo niño acostumbrarse a salir fuera de la protección del hogar, a acostumbrarse a reconocer , valorar y en la medida de lo posible , evitar los peligros, más lo es para nuestras hijas. El salir fuera de la burbuja protectora de nuestra familia, de nuestro entorno más inmediato, les hace mucho bien.
Sentirse diferente puede ser algo enriquecedor o una carga que arrastrar. En nosotros está ser unos guías adecuados, para que "su diferencia" sea motivo de orgullo y nunca suponga una carga.
Anteayer estuve viendo unos vídeos (en inglés) donde se reflexiona sobre la idea de “raza” a través de los testimonios de diferentes familias mixtas. El mundo camina hacia familias como las que aquí se muestran . Grupos familiares cuyos miembros poseen rasgos étnicos y procedencias culturales diversas.
Es muy interesante también la web RACE: Are we so different?
Nuestras hijas, nuestras familias, no son en absoluto diferentes, pero muchos miembros de la sociedad así nos lo hacen ver.
Queda mucho que aprender: RAZA ¿somos tan distintos?
Hola, José Luis.
ResponderEliminarInteresantísimos los vídeos y tu comentario. Es un tema que me ha producido siempre preocupación; ahora que vamos a fundar nuestra familia me noto más sensible con el tema. Espero tener sabiduría, paciencia o temple para lidiar con estas cuestiones "externas".
como siempre...estupendo...tus comentarios...gracias y gracias...
ResponderEliminarpilar