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Termino el año leyendo esta nueva entrega de las investigaciones de Chen Cao, el inspector jefe de la policía de Shanghai. En esta nueva novela, el inspector poeta se ocupa de un caso de inmigración ilegal , con las "triadas" de por medio. Como en la anterior "Muerte de una Heroína Roja", la trama tiene un trasfondo en el que la corrupción política y el crimen organizado, esta vez encarnado en la mafia china, están muy presentes. El inspector se ve obligado a investigar un caso de tráfico de personas. Colabora en la investigación una mujer policía llegada de Estados Unidos. Como en la anterior entrega, Qiu Shaolong, nos muestra las contradicciones de la China emergente y lo hace de un modo crítico pero dejando siempre bien claro el pragmatismo siempre necesario, que hay que tener en una sociedad compleja pero muy rica en matices. La visión que de China hace Qiu Shaolong es más ponderada y en mi opinión más humana, más comprometida y menos visceral que la que otros hacen (" Ojos de Dragón" de Andy Oakes podría ser en mi humilde opinión un ejemplo de lo que digo. No he conseguido terminarla. De querer ser tan crítica con el régimen chino llega a simplificaciones y estereotipos muy burdos, todo muy sesgado y poco objetivo. En mi opinión de no experto, me llega a sonar casi una obra "panfletaria" anti-china.)
Como en su primera novela "Muerte de una heroína Roja", el inspector Chen Cao no para de intercalar en sus razonamientos hermosas citas literarias de los clásicos chinos. Toda una invitación para acercarse más a conocer la importante y rica cultura de este país que arranca con fuerza en el panorama internacional abriéndose y dándose a conocer como nunca en la historia.
Mañana comienza 2008, año olímpico y por ello en cierto modo el Año de China. Felicidades a todos. Mis mejores deseos.