Cuando era un niño pensaba que los sinsabores que el día a día me deparaban eran algo pasajero y habría un momento en el futuro en el que nada habría de triste que perturbaría esa inercia hacia lo alegre que de modo natural sentía en los primeros años de mi existencia.
Con asombrosa rapidez, de niño, pasaba de la tristeza al entusiasmo, siempre predominando este último cómo catalizador de mi vida
La melancolía también era omnipresente y aunque la curiosidad y la fascinación por lo nuevo tiraban del ánimo de aquellos días infantiles, muchas eran las horas de esa especie de tristeza auto compasiva. El futuro siempre se veía más feliz. Pensaba que todo era posible. Pensaba en una existencia son dolor, sin violencia, sin maldad ...
Pasan los años y esa tierra utópica, esa arcadia feliz, nunca llegaba del todo. Conforme me iba haciendo mayor y la inocencia iba desapareciendo, me iba dando cuenta que la vida deseada no estaba más allá en el tiempo, sino en el ahora más contundente, y aún con la tristeza y el dolor como compañeras de nuestro viaje por la existencia, también ahora aprecio con más intensidad la felicidad, el entusiasmo y sobre todo, la belleza que la vida me regala, que tengo, qué todos tenemos ahí delante y que cuando se es joven no se sabe apreciar lo suficientemente.
En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, más que nunca debemos trasmitir a nuestros hijos lo que los años no ha enseñado, que las dificultades, el dolor, tristeza y desánimo nunca desaparecen pero que están también ahí conviviendo con la esperanza, el entusiasmo, el amor,y sobre todo la belleza.
Felices fiestas y feliz año nuevo.
De joven, yo no conocía
lo que significaba tristeza.
En busca de inspiración,
solía subir a las torres,
pagodas y altos pabellones,
y lograba versos bien melancólicos.
Ahora que he experimentado y probado
todos los sinsabores de la tristeza,
quiero expresarla mas no puedo.
No consigo decir sino:
¡Qué fresco está el tiempo!
¡Qué hermoso el otoño!
XI QIJI (1140-1207)
Hola José Luís:
ResponderEliminarMe ha hecho mucho bien esta entrada. Ahora estoy pasando por un momento de tristeza y melancolía: una amiga muy querida se esta muriendo. A veces tengo sensación de apocalipsis, como si todo se derrumbara a mi alrededor, pero incluso en los momentos más tristes hay belleza, sentimiento. Así es la vida, sólo hay que estar ahí y sentir hasta el fondo.
Un abrazo.
Begoña.