Recientemente he tenido la oportunidad de disfrutar de la última película de la realizadora alemana
Doris Dörrie, titulada
: La peluquera.
Doris Dörrie se ha convertido en una de mis directoras de cine favoritas . Comprobé que también yo compartía su fascinación por oriente en
Sabiduría garantizada y por supuesto en
Cerezos en flor, que es una delicada reflexión sobre la vida, la muerte, los deseos y el amor que me emocionó.
Reflexioné sobre el valor y la trascendencia de cocinar y comer con todos los sentidos en
Como cocinar tu vida y también me emocioné y reflexioné sobre la identidad étnica, la soledad y la autoestima en
Nadie me quiere.
Ahora, en
La peluquera, Doris Dörrie nos invita a la reflexión sobre la marginación en sus diversas variantes.
La vida se le presenta difícil a la peluquera Kathi, personaje interpretado por Gabriela Maria Schmeide. Kathi es una mujer obesa separada con una hija adolescente y que intenta iniciar una nueva vida montando su propio negocio de peluquería. Kathi es vitalista , compasiva y tenaz pero todo parece ir en su contra.
A las dificultades cotidianas que su obesidad le plantea, se une la discriminación que sufre. Su imagen de mujer obesa le cierra puertas a la hora de encontrar empleo. Decide montar el suyo propio y comienzan una serie de dificultades y encuentros con personajes también sometidos a la misma marginación pero por otras circunstancias.
Me encantó la situación en la que obligada a tener en casa a un grupo de vietnamitas que ha entrado de forma irregular en Alemania, empieza a conocerles , a descubrirles y valorarles. Lo he dicho en otras ocasiones: con el corazón abierto a conocer, el miedo desaparece y surge la empatía.
La película te hace sonreír y emociona.
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