Nuestras hijas nos han hecho asumir algo que muchos jamás han sentido, han pensado e incluso abiertamente no comparten y es que el Mundo es nuestra patria y que la Humanidad es nuestra raza, la única, pero también somos españoles y por tanto vivimos y nos sentimos orgullosos de nuestro país, su cultura y sus gentes a las que pertenecemos, y consecuentemente también nos duele, nos indigna y nos entristecen algunas cosas que aquí pasan.
Nos pasa a nosotros como le ocurre a los franceses, suecos , argentinos, filipinos, japoneses, chinos o senegaleses...
A los hijos se les transmiten los valores y la visión que de las cosas sus padres tienen, y porque no somos chinos pero sí amamos al país que nos dio nuestras hijas, ellas se sienten, al menos hasta ahora, cómodas en esta su familia , en esta su ciudad, en este su país y su cultura, pero también en su vínculo afectivo con China y su historia, costumbres y cultura, que no viven pero sí aprecian y sienten con orgullo por haber nacido allí.
Adoptamos a nuestras hijas en China y con ellas, en cierto modo adoptamos también el país.
No somos chinos, nuestra cultura no es China ni nunca lo será, pero eso no importa para que China sea algo importante y POSITIVO en nuestras vidas. Porque queremos a nuestras hijas, nada de China nos es ajeno.
Porque también nosotros adoptamos a China y para siempre se quedó con nosotros, las cosas que allá ocurren las sentimos muy próximas afectivamente y cuando se elogia a ese país , también nosotros sentimos orgullo. De igual modo cuando se critica de modo injusto, se menosprecia o se ofende a la tierra donde nuestras hijas nacieron, lo sentimos y nos afecta.
Últimamente no pasa un día en que alguien deje caer su ignorancia, sus prejuicios , o simplemente su "mala leche" sobre China o los chinos. Nuestras hijas aún son pequeñas y están en "otro rollo" y no perciben la chinofobia que lentamente se va colando en nuestra sociedad. Lo digo con pesar pero así lo siento. Desearía equivocarme pero percibo que ahora, cuando la crisis arrecia, la mirada se dirige con envidia y no ya con tanta simpatía a "ese gigante" como siempre lo llaman, que crece al diez por ciento anual en términos económicos que es la fábrica del mundo, que en algunas zonas tiene los índices de éxito escolar mayores y además se permite "el lujo" de comprarnos "deuda" a nosotros tan europeos...
El mundo está ya para siempre globalizado. Ese es el mal y también es la esperanza.
Escucho el viernes pasado con atención el programa "Julia en la Onda"en Onda Cero . Hablan de la educación en China y faltó tiempo para empezar a sacar los tópicos de siempre, que me da ya pereza reproducir. Al final, la guinda la pone una oyente (la última que interviene al teléfono) que habla del peor tópico de todos, el más doloroso e insultante al menos para mí, viniendo a decir que "China no puede dar ejemplo de nada puesto que allí se mata a las niñas, porque no se las quiere..."Sí, claro y yo añado que en Alemania se odia a los judíos y se les lleva a campos de exterminio y en Estados Unidos se tiene a los negros como esclavos y en España, la Inquisición quema a moros y judíos en las plazas públicas ...
Son tiempos malos para el diferente. Cuando las cosas vienen mal dadas, de nosotros sale lo peor y... esa es la esperanza, también lo mejor.