"El humo de las chimeneas se elevaba en volutas sobre las techumbres de las casas, disipándose y desvaneciéndose en el cielo resplandeciente de arreboles. Las llamadas de las madres a sus hijos se sucedían ininterrumpidamente. Un hombre pasó delante de mi llevando cubos de estiércol con la palanca, que iba crujiendo con su trote. Poco a poco, los campos fueron tendiendo a la quietud, los contornos se desdibujaron, el arrebol de las nubes fue extinguiéndose. Yo sabía que el crepúsculo estaba a punto de pasar, y la noche a punto de caer. Vi la tierra espaciosa mostrar su pecho sólido, en actitud de llamada. Al igual que una mujer llamando a su hija, la tierra convocaba a las tinieblas de la noche."
Así termina "¡Vivir!" de Yu Hua, cuya lectura me ha apasionado. He devorado el libro en dos tardes y sus páginas, a la par que sorprenderme y emocionarme como hacía tiempo no me ocurría con un libro, me ha hecho reflexionar sobre la capacidad de superación de la adversidad en situaciones de extrema dureza, de dolor insoportable, que podemos tener los seres humanos.
La película del mismo título que dirigió Zhang Yimou, se basa en esta novela. En el guión de la misma colaboró Yu Hua y según declara, el resultado, con ser bueno, el de una película excelente, no refleja la dureza de situaciones que el libro describe.
Confieso, que al leerlo, algunas de las situaciones que se cuentan y que en la película no aparecen, me parecieron tan horribles, tan duras de soportar para un ser humano, que no parecían creíbles, pero la realidad, a poco que uno piense en lo que ocurre en nuestro planeta y que a nosotros, cómodamente sentados en el sofá, nos llega con cifras y no con rostros, la realidad digo, supera a la ficción.
Se cuenta la vida de China en gran parte del pasado siglo a través de Fungui, el protagonista, que sobrevive a todos los infortunios y que a pesar de todo, al final de su vida, mantiene la sonrisa y ... vive.
La belleza del ocaso del día que Yu Hua describe al final del libro te hace pensar que la vida, vivir, es ésto que la novela nos cuenta, con situaciones extremas de dolor, con alegrías a veces y de vez en cuando humor. La parte de nuestra existencia que nos es dada a controlar es la que debemos cuidar, mimar en extremo, para poder hacer como el protagonista, sonreír a veces, a pesar de todo.
Página 2 (18/05/2010): El escritor chino Yu Hua, ganador del James Joyce Foundation Award