No es la primera, ni la segunda , ni me temo que será la última vez que tenga que salir en defensa del colectivo de chinos, en China y en España.
En esta ocasión, el desencadenante ha sido la redada que la policía realizó la semana pasada en Barcelona para precintar talleres clandestinos de confección y detener a los explotadores que mantenían a algunos de sus compatriotas en condiciones lamentables. Nada que objetar si no fuera porque en el mismo saco se mete a los chinos de bien (que son la mayoría) y a los miserables explotadores. La mitad de los talleres precintados tenían licencia y estaban en situación legal. Este redada ha condenado a la más absoluta miseria a decenas de personas. Estoy harto de las “buenas intenciones” que tan limpias dejan las conciencias y nos hacen ver lo justos, democráticos y defensores de la justicia que somos y no queremos ver la complejidad de estos asuntos, los matices de gris y lo complejo de las soluciones.
La ley debe aplicarse siempre sin excepciones y matices, pero las prioridades, las consecuencias de determinadas aciones no deben dejarse de tener en cuenta. Podemos dedicar, por ejemplo, a decenas de policías a vigilar a los peatones que cruzan por donde no deben, a los ciclistas que usan la acera, a conductores que no llevan la documentación en el coche , la rueda de repuesto a la presión apropiada y las luces de sustitución, ….. Muy bien. ¿Cómo hará esto que aumente nuestra seguridad vial? ¿Cómo contribuirá al descenso de la siniestralidad? Me temo que poco. Es cuestión de prioridades. No digo que esté mal que se persiga el crimen organizado, pero tengo mis dudas sobre la efectividad y necesidad de medidas así, con ese despliegue de medios.
Como titula Joan Barril en el Periódico, la redada es "Policía para el pobre".
Esta tarde, en las radios comentaban el tema y al final todo llevaba a los tópicos de siempre:
“Los chinos son muy cerrados, los chinos trabajan mucho por nada, son como esclavos, hacen competencia desleal, no pagan impuestos, todos son de la mafias o explotados por ellas , ¿dónde están los cadáveres de los chinos que fallecen? La mayoría de los locales son para blanqueo de dinero”...
Para terminar y como colofón, un oyente del programa habla de como los chinos han llegado a Mataró para “quitarles el trabajo que ellos hacían...”
Conozco a una mujer china que reside en mi ciudad. Tiene titulación universitaria, habla inglés y el español con fluidez y perfección asombrosas. Trabajó durante años de dependienta en una tienda de souvenirs y ahora , gracias a su trabajo sin descanso (traducciones, clases, etc...) a su preparación y a su pragmatismo, ha montado un restaurante (restaurante ¡japonés¡) además da clases de chino en la Universidad. Ha traído a su hijo desde China después de varios años de alejamiento y recientemente a sido madre otra vez.
De esto no se habla en los medios. Tampoco se habla del negocio que en occidente se hace con China y con lo que allí se fabrica. Sólo de productos de baja calidad, de falsificaciones y de los que son inseguros, peligrosos o tóxicos. Nunca nos acordamos de que nuestros televisores, relojes, cámaras fotográficas, teléfonos móviles, ordenadores, está hechos en China, eso sí, de marcas occidentales, que ganan ingentes cantidades de dinero deslocalizando su negocio...
Es curioso que esto ocurra en el país de la UE con más dinero negro en circulación y con la mayor tasa de economía sumergida....
Por ejemplo, en mi ciudad, de siempre ha contado con decenas de talleres clandestinos de joyería, donde miles de jóvenes han sido explotados durante generaciones. ¿Para cuándo una redada?