Recomiendo su lectura a todas aquellas personas que, como yo, asistimos atónitos y preocupados a la deriva, no sabemos hacia dónde, que se está produciendo en este rincón del planeta.
También me ha hecho pensar mucho ( y sonreír ¡gracias!) esta entrada del blog de Toño Fraguas titulada "Churrilandia, Cataluña y España en 10 puntos".
Las crisis sacan lo mejor y lo peor de los seres humanos y la queja, la crítica y la alternativa debe estar siempre presidida por la reflexión, el sentido común y el respeto. Todas estas cosas parecen que se tiran por la borda cuando las cosas van mal y en la desesperación uno busca soluciones sencillas a problemas difíciles que sólo empezarían a resolverse si cada cual intentase "ponerse los zapatos" del otro y con el respeto, la sensatez y la búsqueda racional de las soluciones, quizás empezaríamos a cambiar las cosas.
No hay patria alguna más allá de la de la convivencia cotidiana y del respeto a unos mínimos democráticos. Esa es la raya roja. En estos tiempos de zozobra esa línea de no retorno se está empezando a cruzar y me preocupa.
Como decía en mi última entrada, debemos exigir que la decencia de nuestros gobernantes sea la norma y no la excepción. La mayoría de las personas sólo quiere vivir en paz ya que, como dice Vidal-Folch, no tenemos donde ir, ya que podríamos ir por todo el mundo comprobando que en todas partes hay gente encantadora, y que todas las naciones tienen un montón de “muertos en el armario”.
Este blog, cuyo título "Pasión por China", podría inducir a la creencia equivocada de que quien escribe tiende a idealizar el país de nacimiento de sus hijas cual "arcadia feliz", cuando en realidad, no es más que un modesto intento de trascender estas fronteras, estos momentos concretos y este "espacio-tiempo" tan efímero que vivimos y tomando a China como referente lejano y sentimental, no intentar hacer más que poner una excusa para dar las gracias al país que me dio a mis hijas y para reflexionar, compartir y comentar sobre la variedad y riqueza humanas. Este blog podría haberse titulado Pasión por la India, Haití, Rumanía, Marruecos, Etiopía o Perú .... o mejor "Pasión por la Vida".
No hay fronteras en el fondo del alma humana y lo que hoy vivimos con el tiempo dejará de ser. No lo olvidemos. Sólo el Cosmos permanece y con él nuestra especie y lo que una vez amamos y vivimos y también sufrimos. Eso siempre existirá. Lo ya vivido es y siempre será. No puede cambiarse.
Español, catalán , chino o somalí no son más que circunstancias espacio-temporales que en absoluto nos deben desviar de que lo importante son las personas que habitamos este "este diminuto y pálido punto azul" orbitando alrededor de una estrella en el extremo de una galaxia cualquiera de las miles de millones de ellas.
Desde la racionalidad, el respeto y la humildad de que nadie es más ni mejor que otro y todos tenemos un lado oscuro, luchemos por sumar, unir y acordar sin dejar de ser críticos siempre con lo que consideremos que merece ser revisado.
Todos tenemos una patria que nos une (aunque no seamos capaces de verla) como la que describe de Wu Weiye (1609-1671) en este hermosos poema. Una patria por la que luchar. Para algunos será jugar con sus hijos. Para otros ese lugar desde donde se contempla la ciudad al atardecer. Para otros el rato de charla con los amigos en el bar. Para otros la paella del domingo en casa de los abuelos. Para otros ese fin de semana en la casita del campo ...
Mi cabaña está rodeada
de una cerca de madera
y de tupidos musgos.
Conseguí de un amigo
retoños de bambú
y semillas de flores
y los planté con cuidado.
No salgo de visita,
mas me gusta que vengan a verme.
Por dedicar mucho tiempo a la lectura,
tardo en contestar las cartas.
Con el libro abierto,
oigo, junto a la ventana,
el ruido de la lluvia.
Subo a la terraza
y, bajo el solitario árbol, contempló las nubes.
Caen frutos de las moreras,
y el viento esparce su aroma.
Las naranjas son una delicia.
y da gusto verlas.
Cojo la barquilla
anclada cerca de la sala
y me voy de pesca.