Chinófilos y Chinófobos...
No hace falta ser muy listo para saber con qué grupo me identifico (seguro que como la mayoría de vosotros, amables lectores) aunque me inquieta comprobar como China cada vez es vista con más recelo por muchas personas. Los chinófobos son cada vez más y eso nos obliga a los que amamos a este país a hacer pedagogía de un modo permanente.
Leí este verano "El Chino", de Henning Mankel. Vi el título en un centro comercial justo antes de partir de viaje, y sin referencias, sin saber nada de él ni de su autor, lo compré y comencé a leerlo. El libro me atrapó al principio. La intriga está muy bien dosificada y además el relato se vuelve muy interesante cuando empieza a contar las peripecias de unos hermanos chinos que en el siglo XIX fueron llevados a los Estados Unidos como esclavos para trabajar en la construcción del ferrocarril (un hecho real este , el de culíes trabajando para la Union Pacific que yo desconocía) Empecé a devorar páginas, pero ya mediado el libro te das cuenta que las tintas empiezan a cargarse el los tópicos de siempre sobre los chinos (que no voy a repetir) y la decepción comienza a aparecer. La trama se vuelve además inverosímil y algunas cosas comienzan a chirriarme demasiado. Esta vez no abandono la lectura como tantas veces hago y sigo hasta el final, comprobando , ya sin duda alguna, como Mankel puede ser encuadrado en el grupo de los chinófobos. En esta referencia en La Vanguardia podéis comprobar a qué me refiero y haceros una idea de la novela.
¡Ay, los chinófobos...! El otro día escuché una frase al vuelo en boca de un ancianito que paseaba pacíficamente con la que supongo era su esposa y un perrito. Al pasar por un flamante bazar regentado por chinos recién inagurado dice: " ¡... tenían que ser chinos... cómo si no hubiese españoles...!"
El local está en un enorme bloque terminado hace poco, donde por ahora no vive nadie y que creo que, dadas las circunstancias económicas actuales, mucho tardará en llenarse. Parece que los primeros valientes que se atreven a invertir en este lugar y a ocupar el primer local son una familia china. Durante semanas han estado preparándose y ahora lo inauguran. En pocos días se llenará de gente. Algunos seguro que, como este señor que antes he citado, critican a los chinos y la calidad de los productos que venden pero no se resisten a entrar y comprar. Pienso en la familia que ha montado este negocio y en que van a ser los primeros que van a dar vida a este bloque tan grande repleto de pisos con las persianas echadas. Da que pensar que en este edificio, paradigma de la burbuja inmobiliaria, sean unos chinos los que empiecen a poner el dinero en movimiento y que encima sean vistos por algunos con hostilidad. El constructor y los bancos en torno a este lugar, seguro que habrán pensado que ojalá otros muchos siguiesen el ejemplo y empezasen a ocupar los otros locales...
¿Por qué mucha gente recela de aquellos que son emprenderores, que se ganan la vida honradamente y que trabajan sin descanso para prosperar y no lo hacen con todos aquellos otros que con el deseo de ganar dinero rápido, fácil y sin trabajar se dedican (como ha ocurrido hasta hace dos días) a comprar inmuebles para revender, a hipotecarse para tener más y más y así poder vender más y más ...
Me acordé de la novela que leí este verano...
¡Ay, los chinófobos!